Nosotros...

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sábado, 29 de agosto de 2015

HASTA PRONTO MUSHING........



Me toca colgar los guantes y el casco por un tiempo...

No paro de pensar a diario que el frío anda cerca y que toca momentos de aventura con los peludos, observar a través de la luz del frontal el aliento de los perros atravesando el aire fugazmente, oir sus poderosas patas haciendo tambalear el suelo como si de un terremoto se tratara, sentir ese frío tan especial sobre mis mejillas sonrojadas y dolerme la frente por el aire helado que choca contra mí...
Todo es puro sentimiento rozando incluso la ficción cuando hablamos de Mushing.

Seis bestias tirando de tí, montada en un carro a merced de los abobinables barrancos, ciñéndote a cada curva para no salir disparada, aferrarte con temor al manillar mientras que tus perros siguen y siguen corriendo sin importarles absolutamente nada más. Solo quieren correr y correr, meterse a las patas kilómetros sin ningún límite.




Uno de los momentos que más me gustan es cuando vas colocando uno a uno de tus perros en el tiro, todo por orden, de forma estratégica para que cada perro corra en la posición que más le gusta y donde mejor trabaja. Siempre dejo a Rojo el último porque es un gran loco que revoluciona hasta al más sosegado... él no para de saltar y llorar por salir a entrenar rápido, una auténtica locura intentar controlarle.
Un ansia les recorre por el cuerpo que les es imposible de controlar, no pueden, es superior a ellos, una puñetera droga que les engancha hasta el extremo... ese momento, en el que está todo listo y a punto para salir, en el que te montas en el carro,te liberas del mosquetón, aprietas los frenos, quitas el ancla, el freno de pie y mientras tus perros te gritan desconsoladamente por correr, joder... esa es mi puñetera droga...

Dos horas por el monte, rodeada solo de naturaleza, corriendo con los perros es peligrosamente adictivo.




Y ahora... ahora qué?? He de esperar un tiempo, el que sea para poder volver a sentir en vivo todos esos sentimientos...
Ahora me toca ser madre de nuevo...

En tres meses, Kenai nacerá... un niño bastante deseado.. aquí estoy embarazadísima!! Asi que, ahora me toca vivir un episodio especial y único en mi vida, aunque sin dejar de pensar en el Mushing!!
Estoy deseando enseñar a Kenai a ser un gran Musher y que descubra a nuestro lado este modo de vida tan especial y de locos, de inculcarle los valores del respeto hacia la vida animal y la propia naturaleza. Seguro que será un gran amante de esta "vida de perros"...




De momento, estamos terminando de preparar un vehículo (un cochecito sin carnet) para poder seguir entrenando juntos a los perros que nos va a valer mientras esté embarazada pero sobre todo para que podamos llevarnos a Kenai a cada entrenamiento al poco de nacer... Ser madre no significa que tenga que dejar el Mushing un tiempo...






Mientras espero a que Kenai nazca, aprovecho a estudiar y a leer todo lo que puedo sobre conductas en perros y paso el mayor tiempo del día observando y tratando a nuestra propia manada, cómo se comunican sin palabras, aprender a anticiparme a posibles broncas entre ellos, saber analizar los por qués e intentar tratarlos. Soy hembra y en una manada de machos hay que saber hacerles ver que tú eres la que mandas, sin miedos, con total seguridad y firmeza. Tengo que estar plenamente preparada porque cuando pueda, volveré a competir y son muchos kilómetros con 6 perros sola montada en un carro y los perros o me hacen caso o entonces tendremos serios problemas. Debo darles la seguridad necesaria para que confien en mí, debo ser una líder para ellos. Ya he corrido a solas con los perros y he de decir que todos lo hicimos fenomenal, pero siempre se puede mejorar el vínculo y la disciplina y yo soy una persona muy exigente.

La temporada está a punto de comenzar y sé que los perros están cada vez más nerviosos porque notan que el frío anda cerca y me muero por salir a entrenar con ellos ya...
YA SÉ YA SÉ... YA ME TOCARÁ!! El Mushing seguirá estando ahí verdad?
Sé que esperará a esta pobre loca que aulla con su manada al anochecer...




Apretar los dientes con fuerza hasta hacerlos crujir, sentir que un camión te ha pasado por encima de la espalda debido a las horas de entreno, tener los dedos con callos, llenos de heridas y las manos cuarteadas, dejarte los gemelos en cada subida ayudando a los perros mientras sientes cómo te queman las piernas y no puedes parar... ellos no paran, tú tampoco... animarles sin parar en cada bajada para motivarles lo máximo posible, controlar sus ritmos, sus constantes, su hidratación en cada momento para no quemarles, pero sobre todo... sentir esa felicidad que te llena por completo con tan solo verlos correr...




viernes, 6 de febrero de 2015

OSTIA MONUMENTAL



... veo cómo el trineo se va de mis manos, tirada en la nieve contemplo asustada a mis perros marchándose sin mí, me es imposible mantener el control, la impotencia se apodera de mí, sé que he chocado contra un poste de acero y me he reventado la mano izquierda... creo que estoy jodida...

Partíamos hacia Vinuesa el sábado 31 en busca de más aventuras, sabidurías y para compartir estos días de entreno en nieve con grandes amigos. Allí nos esperaban los incansables e insaciables "Primos Bikejoring Team", de Veterinárea y Surfingpets Antonio Parra con su maravillosa mujer Cristina y Dog´s Team Salva, el gran Musher Luque con Sara, su esposa y la primera mujer participante en la Soria Unlimited 2015 (una tía bastante dura de roer y con un corazón enorme).



Nosotros nos quedamos 4 días para preparar al máximo a La Esencia, a la vuelta de la esquina nos espera la Soria Unlimited, gran carrera alpina, dura, internacional y hecha con mucho mimo, organizada por nuestro gran amigo Salva siendo este año el Race Marshall de la competición.

El propósito era poner mucho más fuertes a nuestros perros, asi que el plan consistía en que Carlos íba con 5 perros y yo con los otros 5. El sábado nos esperaba una etapa nocturna con ventisca, acompañándonos una oscuridad tenebrosa y nevándonos constantemente. Miré a Carlos y le dije que esa noche me quedaría en tierra... había "algo" que no me convencía, tenía miedo...

Es cierto que solo llevaba a mis espaldas unas 6 horas de experiencia con el trineo (llevo toda la temporada con el carro y 6 perros en tierra, un mundo diferente al de la nieve), es cierto que era algo arriesgado salir con ese temporal siendo novata, pero también es cierto que mis ganas, ilusión y el seguir a los míos hicieron que saliera a entrenar.

Javi y David ( Primos Bikejoring Team), querían estrenarse esa noche, haciendo unos 10 km y para ello les ofrecimos a nuestro especial Balú (líder durante muchos años de Salva). Balú es todo un MAESTRO, fiel y humilde... sí, tiene 13 años, es nuestro jubilado y corre que se las pela... Hasta el día de hoy, no he visto un andar tan bonito como el de él, tiene un correr espectacular, parece que va sobre nubes de algodón, aunque lo que más me gusta de él es SU ALMA... yo quiero una así...

Nos tocaba iniciar la aventura en esa noche tan fría, asi que sin miedos ni lastres pusimos rumbo a la oscuridad.
Increíble la sensación de ir con tus perros y el trineo por la noche, cayendo la nieve sobre tu cara y el viento luchando por abatirte...

...Y llegamos al sitio donde al observar, recuerdo el por qué tenía miedo antes de salir. Nos encontramos  con dos postes de acero, uno a cada lado de nuestro camino, colgando de ellos un cable de acero. En el lado izquierdo, había un caminito por donde pasabas justo con el trineo. No pude frenar a tiempo a mi tiro y mis líderes cruzaron por debajo del cable quédandose éstos al otro lado. Con el tapiz echado y sobre él solo notaba que se íban...

Intenté redirigir a Milka e India para que retrocedieran y pasaran por donde debían, pero no hubo forma. Los perros empezaron a impacientarse y dar brincos, echándome la bronca con sus aullidos y ladridos para que dejara de frenarlos y poder seguir corriendo. Noté que el trineo se movió asi que pisé con todo mi peso el freno metálico,gritándoles que parasen, pero ellos solo querían correr y correr... cada vez estaba más cerca de ese cable, pensé en agacharme y pasar por debajo, pero aún así nos quedaríamos enganchados el trineo y yo..  siempre me dijeron que a donde vayan los perros yo he de ir detrás y que pase lo que pase, jamás suelte lo que me una a ellos. Levanté los frenos, volqué el trineo con mi cuerpo hacia el lado izquierdo para poder pasar al otro lado por debajo del cable con mi equipo, cogimos velocidad y de repente oí ese ruido. "...veo cómo el trineo se va de mis manos, tirada en la nieve contemplo asustada a mis perros marchándose sin mí, me es imposible mantener el control, la impotencia se apodera de mí, sé que he chocado contra un poste de acero y me he reventado la mano izquierda... creo que estoy jodida..."





Al otro lado pudieron cogerme a los perros mientras yo bajaba corriendo, aturdida y desorientada por el la situación, como en estado de shock. El ver cómo mis perros se marchaban sin mí... uffff, es desagarrador.


Debíamos seguir porque justo estábamos en el inicio de una bajada increíble con curvas bastante cerradas y técnicas, una pura diversión. Llegamos a un llano y paramos. Las lágrimas empezaron a brotar, mi brazo entero temblaba, cada vez me dolía más, pero los perros tenían que acabar su entrenamiento así que seguimos su rumbo. Nos cruzamos con Salva, me vió la mano y nos dijo de volver, nos ayudaría a dar la vuelta a los perros, pero yo no quería, asi que seguimos. Nos cruzamos con Sara y cuando pasó por nuestro lado, sacó su mano para chocarme gritando:-" Esa Musher!!- no la íba a hacer el feo no? En ese momento sí que hubiera preferido darnos la vuelta jeje... luego dicen que no es competitiva, pero íba a machacarme más aún la mano!!(es broma, ella no sabía nada de mi golpe todavía...Sara te quiero!) Al rato, decir al compañero que nos volviéramos, todo lo que estábamos subiendo luego lo teníamos que bajar y mi mano no estaba fuerte para ello... aún así, conseguimos llegar medio sanos y del todo salvos... entonces me dí cuenta de que los tres días siguientes sí que tendría que quedarme en tierra...



Llegaba el martes y para todos íba a ser un día perfecto... Esta vez no me quedaba en tierra!! Me metí dentro del saco para que los perros musculasen. Llegar arriba y notar ese aire tan puro es indescriptible. Los árboles parecen de algodón, el sonido del trineo en la nieve virgen es igual al cuando surcas el océano con un barco, meciéndose suavemente como si de una cuna se tratase, la nieve parecía azúcar, tan blanca y brillante... De repente creías estar en Alaska, con esos árboles gigantes y sus ramas invadiendo el camino, aquellos bosques interminables y sobre todo esa paz y tranquilidad que te envuelve y te acoge.


 Lo mejor, los perros, abriendo camino con sus poderosas patas, con sus barrigas llenas de nieve y sus barbas congeladas. Brutal verles desde tan abajo, a su altura, contemplando cómo trabajan, espectacular, sus caderas no paran de arriba a abajo, sus respiraciones se hacen eco de la montaña y el momento en el que se giran para asegurarse de que sigues ahí es entrañable...son maravillosos, brillantes, los mejores...
Dos horas y media de FELICIDAD.




Este accidente con el trineo, podía perfectamente quitarme las ganas de volver a hacer Mushing, coger miedo, inseguridad, pero... ya sabéis, cuando oigo o pienso esa
palabra,siento dentro de mi corazón
que algo se mueve...


jueves, 22 de enero de 2015

DESDE CERO

Mushing... una palabra difícil de explicar. Unos lo definen como deporte, o como hobbie, pero yo lo defino como " forma de vida " . Todo cambió de repente, mi mundo empezó a evolucionar y entonces fué cuando pude darme cuenta de lo equivocada que estaba...

Provengo del atletismo, fuí velocista durante varios años, algunos campeonatos de España, pruebas autonómicas, una verdadera amante del sprint entregada al sacrificio y el esfuerzo, teniendo que dejar todo ese mundo con mucha pena. A los años quise volver a correr y conocí el canicross. Empecé a
practicarlo con Bruma, mi locatis mestiza hasta que llegó Junior Jr a mi vida gracias a nuestros queridos amigos Sara y Rubén ( Lupusmushingteam ). Entonces todo cambió : entrenaba estrictamente, lo daba todo con Junior Jr, hacíamos un equipazo, entendiéndonos con solo una mirada, éramos uno... pero me dí cuenta sobre la marcha, que el sprint y el canicross tenían varios lados oscuros : esa competitividad llevada al extremo, donde si tu compañero se cae tú sigues corriendo, donde si un perro está malo, éste CORRE, donde los tiempos se cuentan como una mera estadística basada en los minutos por kilómetro recorridos por el ATLETA HUMANO, donde en las fotos es más importante que salga el corredor que el perro, donde a los que llevamos tiros largos nos llaman " maltratadores ", donde solo tienes a cinco personas con las que puedes llevarte bien, de forma amistosa sin iras ni rencores, donde ni siquiera te miran al perro en los controles veterinarios de carreras de sprint ( bueno, te miran el chip por si haces trampas y das el " cambiazo " del perro, qué triste no? ), o si alguien da una patada a un perro NADIE le descalifica ni se le denuncia... es lo que tiene el sprint... a lo sumo 20 minutos corriendo con tus perros, acabas, les apañas en otros 10 minutos, les guardas y te pones a comentar con otros que si mañana tengo que ganar a este, o al otro, o que la otra se ríe porque no llevas el mosquetón de liberación y pueden ponerte un warning, vamos, un AMBIENTE BASTANTE FAMILIAR... No todos son así, pero el sprint por norma general es tóxico, dañino y egoísta.

Me encanta correr con mi perro, el sprint, pero qué queréis que os diga...NO LO CONSIDERO MUSHING.

Otra vez esa palabra, Mushing... y es que cada vez que la oigo o la pienso, siento dentro de mi corazón que algo se mueve.
Manos cuarteadas, fuertes y sufridas, casi siempre las uñas sucias, la cara tersa y suave por el frío, el come coco de que a ningún perro le falte bootie porque sus pequeñas grietas en las almohadillas no te dejan dormir, porque Ellos son lo primero, el estar más pendiente de su alimentación que de la nuestra propia... irte con tus perros al monte y perderte con Ellos tres horas, desear que llegue el gélido frío para que Ellos corran felices, guiarles, ser su líder, pendiente de si uno cojea o al otro se le mete el tug-line entre las patas antes que mirar al suelo y no chocar contra una piedra, pasar miedos y calamidades junto a tus perros, reírte a carcajadas cada vez que se besan mientras corren para darse ánimos unos a otros, poner el grito en el cielo cada vez que te llevan por esas bajadas infernales, luchar por no caer y perderlos, por controlar el carro, la bici o el trineo porque Ellos te llevan al extremo, al borde de los precipicios y rozando cada árbol, emocionante, no hay nada que te pueda llenar tanto. Estoy hablando de lo que es el verdadero Mushing en su estado real y puro.

Yo aún no me puedo considerar Musher ( si lo hiciera, estaría insultando a los que sí lo son ). Lo seré, cuando llegue el momento lo sabré, mientras tanto sigo aprendiendo de los grandes, de los de antes...





Sigo aprendiendo de los más importantes, nuestros perros, por su inocencia, su bondad, su lealtad infinita, por saber ser felices con un cacho de hueso, por esa humildad tan entrañable que tanto envidio. Son auténticos héroes, es increíble hasta dónde pueden llegar y admirable el cómo disfrutan de cada cosa que hacen. Me encantan las fotos de Mushing, donde se atrapa para siempre cada zancada del perro, donde se observan esas bocas abiertas con afilados dientes comiéndose el mundo, donde el Musher siempre se contempla en un segundo plano, borroso o en un rinconcito.



El Mushing... siento dentro de mi corazón que algo se mueve...